Estén atentos con su ojo
lector a LA VIAJERA EN EL CAMINO pues no es sólo una novela adorable, tan
encantadora y atemporal como la historia de sus personajes, es también un
libro ideal para leer junto a la chimenea o en un largo viaje en tren. Esta
novela conmovedora y llena de observaciones de gran agudeza es una pequeña obra
maestra, un encuentro inconmensurable para los que hallamos la paz y la
felicidad tanto en los buenos libros como en los buenos amigos. Una joya de
personajes fascinantes y maravillosa atmósfera que ofrece un misterio
cautivador que les tendrá enganchados hasta el final.
Seguidamente pueden degustar
un fragmento:
«De modo que podía dividirse a los habitantes del país del frío en dos clases: los que se dedicaban a darle cuerda al mundo para que éste no se detuviese y los que se dedicaban sólo a dar cuerda a sus relojes sin importarles para nada su aislamiento. De una forma u otra todos lograban que el tiempo les pasase en un suspiro, sin forzarlo. La vieja Aylén solía decir a menudo que uno solamente es feliz cuando pierde la noción del tiempo, de ser esto cierto, el país del frío estaba habitado por seres felices;…»
¡Feliz lectura! ¡Feliz Navidad!
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